El 7 de mayo de 2024, durante la reunión ministerial de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección realizada en la Ciudad de Guatemala, el secretario de Estado, Antony J. Blinken, anunció que se destinarán 578 millones de dólares para asistencia humanitaria, económica y para el desarrollo con el objeto de apoyar a países socios y ayudar a las comunidades a responder a necesidades humanitarias urgentes, ampliar las vías legales y apoyar la regularización e integración de las personas migrantes.
De esa cifra, aproximadamente 459 millones de dólares en asistencia humanitaria adicional responden a las necesidades de refugiados, migrantes vulnerables y otras personas desplazadas en el Hemisferio Occidental, así como para apoyar la Iniciativa Movilidad Segura (Oficinas de Movilidad Segura). Esta asistencia vital que presta el pueblo estadounidense incluye más de 376 millones de dólares a través de la Oficina del Departamento de Estado para Asuntos de Población, Refugiados y Migración (PRM) y cerca de 83 millones de dólares por medio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esto implica un total en asistencia humanitaria de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental que asciende a más de 3.900 millones de dólares desde el año fiscal 2021.
Estados Unidos se enorgullece de ser el mayor donante de asistencia humanitaria para el Hemisferio Occidental y apoya firmemente la participación con organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado, los bancos multilaterales de desarrollo y los grupos de expertos en la importante labor que se realiza en el marco de la Declaración. Por medio de esfuerzos de colaboración con asociados, estamos reduciendo la migración irregular y mejorando las vidas de millones de personas en el Hemisferio Occidental.
La asistencia anunciada en Guatemala impulsa los objetivos de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección y abordará necesidades humanitarias derivadas de los niveles históricos de desplazamiento, con más de 22 millones de personas desplazadas en la región, incluidos más de 7,7 millones de venezolanos.
La asistencia humanitaria anunciada en la reunión ministerial incluye:
- Asistencia proporcionada a través de organizaciones internacionales asociadas para apoyar a los refugiados y migrantes más vulnerables así como las necesidades críticas de las comunidades de acogida, tales como albergue de emergencia; asistencia alimentaria; acceso a cuidados de salud y educación; agua, saneamiento y suministros de higiene; apoyo a los medios de vida; retornos voluntarios asistidos; y protección para las personas en situación de vulnerabilidad, lo que incluye a mujeres, menores y jóvenes, personas LGBTQI+, personas con discapacidad y personas indígenas.
- Apoyo a través de organizaciones internacionales asociadas en el trabajo que realizan con gobiernos de toda la región para regularizar e integrar a migrantes y refugiados, construir y fortalecer sus sistemas de asilo, ampliar e incrementar el acceso a vías legales como alternativa a la migración irregular, y proporcionar apoyo y protección vitales para refugiados, solicitantes de asilo, personas apátridas y migrantes vulnerables.
- Financiación para la Iniciativa Movilidad Segura con el fin de ampliar el acceso a vías legales para refugiados y migrantes en la región. Desde que se lanzó la iniciativa en junio de 2023, 8.200 refugiados ya han completado el proceso entero de evaluación de seguridad y han llegado a Estados Unidos. Esta financiación permitirá que continúe esta importante iniciativa.
- Programas de desarrollo de capacidades para ayudar a los gobiernos de la región a adoptar, gestionar y mantener sistemas, leyes, políticas y prácticas de inmigración que promuevan una migración segura, ordenada y humana, a la vez que procuren reducir las vulnerabilidades de los migrantes, contrarrestar las acciones de quienes se dedican al contrabando y la trata de personas y desalentar la migración irregular.
Esta asistencia humanitaria complementa los esfuerzos de generosas comunidades de acogida en Argentina, Aruba, Belice, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Curazao, la República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Algunos ejemplos de logros hemisféricos conseguidos a través de la Declaración de Los Ángeles hasta la fecha incluyen:
- En Colombia, la asistencia estadounidense ayudó a inscribir a más de 2,5 millones de venezolanos para el Estatus de Protección Temporal en los últimos tres años, lo que les permite trabajar y acceder a servicios de salud y educación en Colombia.
- En Perú, la asistencia estadounidense proporciona albergue, agua y saneamiento a más de un millón de venezolanos desplazados en Lima (Perú), uno de los centros urbanos de acogida de refugiados y migrantes más grandes del mundo.
- En Panamá y Costa Rica, la asistencia estadounidense facilita el acceso al agua limpia para más de 800.000 personas, lo cual beneficia a las comunidades de acogida y ayuda a salvar vidas.
- Dentro de Venezuela, la asistencia humanitaria estadounidense apoya una respuesta multisectorial para venezolanos vulnerables, incluida la asistencia alimentaria de emergencia; acceso a servicios de atención primaria de salud y medicamentos básicos y suministros médicos; abastecimiento de agua potable segura y distribución de paquetes de higiene; así como programas que ayudan a proteger a venezolanos vulnerables, especialmente mujeres y menores vulnerables, de la violencia y la explotación; entre otros servicios críticos de apoyo.
- En Brasil, Colombia y Perú, la ayuda humanitaria estadounidense proporciona asistencia alimentaria de emergencia a migrantes, refugiados y comunidades de acogida.
- Asistencia alimentaria de emergencia para migrantes y refugiados y sus comunidades de acogida en la región.
Por medio de esta asistencia, Estados Unidos está posibilitando que millones de refugiados, migrantes y otras personas desplazadas vulnerables en la región puedan cubrir sus necesidades básicas, permanecer donde estén en condiciones seguras, integrarse, contribuir a la economía local y reconstruir sus vidas.
Estados Unidos implementa rigurosas salvaguardas contra el desvío de fondos y otros riesgos, y trabaja por medio de organizaciones confiables que se cercioran de que la ayuda llegue a quienes la necesiten.